lunes, 26 de mayo de 2014

Test del pH corporal.(Publicidad útil.)

Este test permite saber de forma sencilla y rápida el pH de nuestro cuerpo, es decir el grado de acidez o alcalinidad.
Al medir el pH de nuestra orina es fácil determinar el grado de acidez de nuestro cuerpo y tomar las medidas necesarias para reestablecer un equilibrio del que depende un buen funcionamiento de nuestro organismo. El pH de la orina varía con la alimentación. Las dietas proteicas acidifican la orina, sin embargo las dietas ricas en vegetales la alcalinizan.
Es bien sabido que si el pH de la orina es acido hay que:
-          tomar alimentos más alcalinos, beber más agua e infusiones y reducir café, té y bebidas alcohólicas.
-          reforzar las dietas con una alimentación que contenga expresamente más sales minerales y vitaminas…
-          mejorar la oxigenación corporal haciendo regularmente ejercicio físico.
-          evitar, dentro de lo posible, las situaciones de stress.
La acidosis (pH acido) se asocia con trastornos físicos típicos
-          del aparato digestivo: acidez, somnolencia después de las comidas,…
-          de la piel: como seborrea, acné, hongos…
-          del sistema nervioso: como palpitaciones, ansiedad, jaquecas…
-          del aparato locomotor: como dolores articulares, inflamación…

Nuestro test del pH corporal es una tira reactiva para medir el pH de la orina. La presentación se puede hacer de muy diversas formas y acabados, en función de la promoción o campaña publicitaria a la que se esté acompañando. Este producto lo fabricamos exclusivamente para promociones publicitarias y promocionales por lo que no está a la venta en ningún canal. El producto se fabrica con garantía y aprobación de todos los requerimientos legales de la CEE en la materia.

Más información info@soluciones.net – otros productos www.soluciones.net/catalogo

domingo, 30 de marzo de 2014

Santo remedio: Lo que no consiguió la medicina lo consiguió el anís con el nombre del famoso torero.

Vino medicina: "Machaquito" experiencia personal inolvidable.

“Santo remedio” 

Lo que no consiguió la medicina lo consiguió el anís con el nombre del famoso torero.

Todos tenemos la experiencia de los catarros curados con alguna receta de la abuela que incluía el vino o los quinas que abren el aperito pero les voy a contar algo que me sucedió hace un tiempo.
Lo he recordado estos días y es algo que me sucedió años atrás.
Por esas circunstancias de la vida alguna compañera de trabajo me comentó que los dolores menstruales se  aliviaban mucho con una copita de ginebra, aguardiente u otra bebida similar. Y comentándolo con un pariente muy cercano me dijo “eso son tonterías, mi mujer lo ha probado todo, con medicamentos y con todas las bebidas que le han dicho y ninguna funciona”. A lo que yo le contesté que por probar la que yo le recomendaba no perdía nada…


Y es que por esas fechas yo había conocido el Anís Machaquito y por acompañar a un cliente lo probé haciendo la machada típica del vendedor joven que vende su alma con tal de quedar bien con su cliente. Y si a mi el Machaquito, no me machacaba, me anestesiaba directamente para todo el día, porqué no probar con la mujer de mi pariente. Y ni corto ni perezoso, le compré una botella del famoso Machaquito en “El Brillante” que está cerda de la plaza de Roma (la Manuel Becerra de toda la vida) en Madrid y la embarqué para San Sebastian, allí no era fácil encontrarla parece ser. Y saltó la sorpresa, a los cuatro o cinco meses me llamó mi pariente para que le enviara (como el mayor de los favores) otra botella más y así un montón de años. El “Santo remedio” duró la friolera de 7 u 8 años aliviando los –por otra parte inaliviables y tremendos dolores (cambio de carácter y humor incluidos)  pre-menstruales y menstruales de la esposa de mi amigo, que nunca deja de recordarme el milagro.
Lo que no consiguió la medicina lo consiguió el anís con el nombre del famoso torero.



martes, 7 de mayo de 2013

Fórmulas magistrales en base a vinos de Málaga y Jerez, ya en el año 1882.


Vino medicina


Eran los años del “período especial “ en la Cuba de Fidel y por circunstancias de la vida me pasé largas temporadas de trabajo en la isla.
Esta circunstancia me llevó un día a la Farmacia Triolet (1), popularmente Farmacia Francesa Triolet, también por aquel entonces, me remonto 20 años atrás- nombrada Museo Farmacéutico Nacional de Cuba.
Y es ahora que recuerdo aquel montón de garrafas de vino depositadas en un almacén especial y que provenían de  España, sobre todo de Málaga y de Jerez. Curioso igualmente que fuesen vinos españoles y no franceses, siendo la botica de raíces francesas, como su nombre indica por el apellido de los fundadores.
Hurgas un poco, por acá y por allá, con la paciencia y artes personales que hay que utilizar en esos lares y vas encontrando cositas como las etiquetas de productos-medicamentos elaborados con el vino.  Por cierto, etiquetas originales maravillosamente conservadas, a pesar de los pesares, que eran y son  muchos en la isla.
En este punto vuelves al baúl de tus recuerdos y siempre hay algún remedio de la abuela que recuerdas, o que tu madre te ha recordado: Este catarro o tos o dolor de… se curaba con vino caliente y limón, con vino caliente y miel, con vino y…
El Dr. Triolet tenia sus formulas magistrales y sus preparados debidamente envasados ya en el año 1882. Me retrotraigo a esta fecha por la documentación gráfica tan bonita que les muestro, no porque antes no se utilizara el vino como medicina, que seguro que ya se hacia en las américas (2) y aquí.
La etiqueta de la imagen es copia del original que está en el Museo Farmacéutico de Cuba en la cuidad de Matanzas.  Este remedio-medicamento cura un montón de males como se puede ver en la imagen de la etiqueta. La composición del mismo está muy clara: CITRATO DE HIERRO, QUINA Y VINO DE MÁLAGA.




(1) Medalla de Bronce en la Expo Universal de Paris en el año 1900 a productos presentados por la Farmacia Triolet
(2)A principios del siglo XVI  sitúan los investigadores las primeras noticias del oficio de farmacéutico en el Nuevo Mundo, en un joven de apellido Murcia, que integró en 1519 la expedición de Hernán Cortés a México, ésa pudiera adoptarse como la reseña probatoria de que al recién descubierto continente también acudieron especialistas en dispensar medicamentos que curaran el cuerpo humano de sus habituales y circunstanciales dolencias. En esa época se recibían las medicinas de Castilla, en forma natural, química, o en preparados simples y compuestos.
Por esta fecha se notificó la presentación de títulos de boticarios españoles al Gabildo de la Habana, el primero el 26 de febrero de 1569, el Licenciado Gamarra, graduado de Alcalá de Henares de quien anunciaban en las Actas Capitulares de esa fecha la apertura de una botica, en un plazo de un año, ya desde ese momento disponían que sólo él estaría autorizado para atender a los vecinos y a las personas de paso.




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más chascarrillos relacionados con el vino:
http://sumillers-sommelliers.blogspot.com.es/